Nunca dejará de sorprendernos los guiños que la actualidad puede dar a nuestra querida mitología. Para muestra, este artículo sobre este tema de rabiosa actualidad.
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Esta es la historia: Heracles había matado en un arrebato de locura, y no sería la primera vez que lo haga, a un joven arquero, llamado Ífito, y por ello fue castigado a servir como esclavo en la corte de la reina de Lidia, Ónfale.
La curiosa escena que representa el cuadro muestra a Ónfale con la piel del león que normalmente lleva Heracles (por cierto, es una licencia del pintor, puesto que Heracles aún no había llevado a cabo la muerte del león de Nemea) tirándole de la oreja al héroe, como si le recriminara por no hacer bien su tarea. El héroe muestra en su cara el asombro y el dolor por ello, y porta en su mano izquierda una rueca, y con la derecha sujeta el hilo. Tras él tres mujeres podrían representar a las Moiras, las diosas del destino de los hombres: una anciana, otra de edad media y la tercera una joven, lo que significa el destino de los hombres, desde su nacimiento hasta su muerte. El resto de los personajes podría ser mujeres de la corte de la reina, como quizá también queda reflejado en esta otra pintura de Hans Cranch, de 1538:
Volviendo a la primera pintura, la reina lleva puesto un vestido rojo, simbolizando quizá la pasión amorosa que siente por Heracles, con el que tuvo varios hijos. Muestra de esa pasión es el siguiente cuadro de François Boucher:
En fin, que como veis a los chicos parece que les era difícil dominar las artes de las mujeres, y por ello son merecedores de una buena reprimenda.