La gestación subrogada (es decir, el embarazo que lleva una mujer en lugar de otra, elegida previamente) ya se produjo en la antigua mitología, pero en este caso la portadora elegida no era una mujer o una diosa, sino el propio Zeus.
Se trata del mito del nacimiento de Dioniso, que, al morir su madre Sémele estando aún embarazada de él, acabó su gestación en el muslo de su padre, que no era otro que el propio rey del Olimpo.
De hecho, según algunas interpretaciones, el nombre de Dioniso podría significar "el nacido dos veces".
Aunque Dioniso no era plenamente divino, sin embargo acabó integrándose en el panteón de los dioses griegos como protector del vino y del teatro.
¡Larga vida a Dioniso!
